No fue otro que un gran delirio, la mas maravillosa excusa para poder crear un mundo a parte.
Casi puedo volver a sentarme en el lugar en el que ocurrió y recordar quien me rodeaba, escuchar como aquellas palabras sin razón luchaban por escapar de entre mis labios, convencida de que era real, mi propia mentira era capaz de ser tan sonadamente inviable que tomaba sentido...mientras el resto intentaba discutir sin sed de sueños, “no puede ser... ” se repetían
Pues claro que no, en vuestro mundo era imposible!
Un lugar tan cercano como Tenerife hizo nacer el debate, sus horas...veinticinco, ni un segundo mas ni uno menos. La gente hablaría en pareados y vestirían sencillas ropas de muchos colores. Nunca jamas se permitía que nadie estuviese triste, los problemas no existían
la luna llena vestiría las calles todas las noches, y algunos concedían bailes bajo ella, hoy tal vez un fox-trot me apetecía, agarrada de un muchacho con frac y delicadas bambas negras. A cada uno de nuestros meditados pasos, un sonido especial, nuestra propia banda sonora.
Las sonrisas serian estrictamente necesarias, mirar a cualquier desconocido y regalarle la mejor de ellas, tan solo por nada.
Durante el día las flores alegrarían las calles, los pájaros cantarían sin cesar, la brisa del mar y los delicados rayos de sol acariciarían nuestra piel
[…]
Claro, pues obviamente nadie era capaz de comprender…pues aquello solo podía ser lugar para locos, tan solo podía existir dicho lugar en el corazón y mente de un soñador.
