lunes, 7 de mayo de 2012

Algun dia tendras que recordarme


Ya era al menos la decimocuarta vez que veía caer aquella puesta de sol, inmóvil y con las manos colocadas firmemente sobre el regazo, rígida. Bajo la sombra de un cerezo en flor esperaba la alineación de los planetas con mi ombligo, tal vez suceda algo.
Exquisito el silencio de la noche , casi tanto como angustiante para aquel que tiene por lo que preocuparse. Una copa de whisky, hoy ahogare mis penas.
El dulce zumbido de un insecto desconocido a la par que fascinante, hace que tus ojos se posen en los míos. O son mis ojos los que te han buscado?
 Claro está, nada de lo que sucede se olvida jamás, aunque no podamos  recordarlo. Nos conocemos. Me lees y yo dibujo tu voz en el silencio de mi mente. Hoy no hablaremos, solo me apetece escuchar uno de tus cuentos.
 Crees no conocerme de antes, y quizás quieras saber mi nombre. Yo te llamare Demian, tú puedes llamarme como quieras, pero no me llames princesa.  Cierra los ojos, cuéntame un cuento, entre susurros…
  
 “Erase una vez mi princesa, sus cabellos dejaban al descubierto su nuca a conciencia. Sus manos eran frías… y su cuerpo. Nunca he visto una mirada igual, ni odio ni rencor guardaban. Anhelos. Y sus labios pintados de rojo resaltaban su sonrisa. Me enamore la decimocuarta vez que la vi observando la puesta de sol. Me enamore la decimocuarta vez que quiso jugar a no decirme su nombre. Me enamore cuantas veces se difumino entre las sombras en mitad de la noche. Volverás a marcharte?”

Se culpa a los hombres, aunque yo creí impertinente decirlo, solo con dos copas mas lo entenderías Demian.   Cuando el reloj marque la media noche, me gustara volver a no recordarte, me gustara volver a enamorarme. Quizás este loca, pero tantas cosas podrían pasar que siempre acaba no pasando nada, ojala fuese como en tus cuentos, algún día la besaras? Que mas da Demian tan solo es un cuento. Ahora tengo que marcharme, solo espero que con la decimoquinta puesta de sol pase algo nuevamente fascinante, siento miedo, mañana seguramente no nos recordemos, pero puede que mañana si recordemos nuestros nombres.