sábado, 19 de noviembre de 2011

Nunca subestimes la costura


Era bien entrada la noche, y nadie había visto antes aquella sombra, en aquel lugar. Pues por ello, no tardaron en hablar las malas lenguas, y a surgir mitos sobre la silueta.
“Será una bruja” decían muchos, otros creían que podía ser un personaje salido de un cuento, y solamente unos pocos creyeron ver algo singular.
El temor les había inundado y turbado el pensamiento, y mucho tiempo pasó hasta que alguien volviese a visitar el misterioso parque.

Los primeros, alejados de aquel bulto, tan solo consiguieron alimentar sus miedos, pensando que algo malo pasaría si daban un paso más, pues era una bruja. Oscuras intenciones la acercarían al lugar.

Aquellos que creyeron que salió de un cuento, llegaron al acuerdo de acercarse juntos, pero nunca lo suficiente.
Al hacerlo creyeron ver a una pequeña hada, incapaz de tocar el suelo con sus diminutos pies. Rieron, y comenzaron a preguntarle “¡¿de donde vienes?!”, “¿Cuántos añitos tienes?”, pero el hada jamás contestó.
Pronto alguien les desalentó, sugiriendo que tan solo era una niña, quizás ni supiese contestar a muchas de las preguntas. Y decepcionados se alejaron de nuevo.

Solamente los últimos se acercaron lo suficiente. pudieron ver la palidez de sus manos, las costuras en su piel, las telas que vestía….suaves y ligeras, sus pequeñas dimensiones…
Comprobaron que todos habían estado equivocados, pues habían juzgado su apariencia desde el horizonte.
Se trataba de una muñeca de trapo. Hecha a mano, en un proceso que duró largo tiempo, seguramente. Estaba prácticamente nueva, aunque mucho tardaron en acercarse…la lluvia y otros efectos meteorológicos, la habían desgastado para entonces.
Solo en ese momento, apareció un ser que pudo ver en la muñeca algo mas que diferencias, la persona que apreció y comprendió la macabra historia que tras ella escondería siempre.